Éste es un disco muy distinto a los anteriores. ¿Insatisfecho con lo hecho hasta ahora?
No, estoy orgulloso; es más, creo que lo mejor que he hecho son mis dos últimos discos. Lo que pasa es que las fórmulas no son eternas y sentía que estaba agotado, que El corredor de la suerte volvía al origen y cerraba el círculo. A partir de ahí, empiezas a sentir el miedo de todos los artistas con trayectoria larga: ser una parodia, repetirte, hacer dos discos iguales.
A propósito de la última entrega de los Grammy, decías en tu blog: "¿Dónde está la música?", asegurando que cada vez te sentías más lejos de todo.
Los artistas que más me gustan ahora mismo, Quique González o Iván Ferreiro, no suenan en la radiofórmula y les va de puta madre; yo quiero estar ahí, ése es mi sitio. Viendo los Grammy era lo mismo, pero trasladado fuera. Con los Premios de la Música de ahora, igual: no se salva nadie, ninguno me emociona. Se siguen haciendo cosas ahora igual de interesantes que las de los sesenta o los setenta, pero creo que los gustos mayoritarios antes estaban más cerca de los mios.
El público interesado en la música que no te presta atención se sorprendería con tu buen gusto y tu inquietud.
Y si escucharan el disco, también. Creo que hay un sector de crítica y público digamos más exigente que nunca me ha prestado atención; si hubieran escuchado, probablemente se habrían sorprendido. Pero he hecho este disco así porque me apetecía. El otro día estuvieron Audience en casa y se sorprendieron con las canciones. Yo no tengo la culpa de haber vendido cien mil discos, a mí esto me ha gustado de siempre y he hecho esto siempre.
¿Tu desencanto tiene que ver con todo lo que has tardado en hacer el disco?
Es un poco todo. Estoy desencantado de los premios, por ejemplo. No creo que el disco de Fito sea el mejor que se ha hecho en España; creo que hay otros mucho mejores, empezando por el de Audience. Tampoco quiero dar la impresión de estar llorando, pero sí explicar por qué estoy defraudado con el momento. Nunca he pensado en dejar de hacer canciones, pero todo esto sí que me ha hecho ser más radical. Antes jugaba un poco entre primera y segunda división; ahora he decidido ser un artista de segunda, con pleno derecho y todo orgullo.
Al escucharlo por primera vez, me acordé de Soidemersol, de tus paisanos La Buena Vida.
La Buena Vida siempre ha sido uno de mis grupos favoritos de aquí. En parte, es responsabilidad de que el arreglista de cuerda en los dos discos sea el mismo, Joserra Senperena. Al plantear el disco, le hablé de Soidemersol, pero también de Belle & Sebastian y otros grupos que van por ahí.
También se puede pensar en Brian Wilson, Scott Walker y otros maestros de los sesenta…
Desde luego. Scott Walker, por ejemplo, también dejó la primera división para pasarse al otro lado. De Brian Wilson qué te voy a contar. Pero también hay cosas más cercanas en el tiempo; por ejemplo una gran influencia ha sido Ray Lamontagne, que en el fondo no deja de ser un refrito de Van Morrison. Hay muchas cosas interesantes y ahora escucho más música que nunca. Otra gran influencia ha sido Diego Vasallo, de hecho creo que estoy cantando mucho como él. No quería cantar como siempre, estaba probándome. Escucho los discos de Duncan Dhu y casi no me reconozco.
Halcones y Pidiendo pista están localizadas en aviones y aeropuertos, pese a que los odias.
La letra de Halcones nos gustaba e hicimos una segunda versión, Halcones 2. Hubo que decidir y Las Malas Influencias se mostraba partidario de la primera versión; les hice caso y creo que acerté, porque creo que es de las mejores. La letra también me gusta; habla sobre lo difícil que es vivir en Euskadi con todo el tema del terrorismo.
¿No temes hablar abiertamente sobre tu postura respecto al terrorismo en Euskadi?
Afortunadamente, las cosas cambian y cada vez menos gente apoya el terrorismo. Y la gente habla cada vez con menos miedo y se ve, dentro de la cultura, más disposición a hablar de éste tema.
Eso de la segunda división, ¿tiene que ver también con tu Real Sociedad?
El símil no es malo. La Real está a punto de ascender, que es lo que se merece, además. Yo no sé si lo merezco, pero tengo claro que cuando hablo de segunda división me refiero a ventas, no a calidades
